miércoles, 13 de enero de 2010

Y ME OLVIDÉ...

Aún recuerdo como fue,me miro en el espejo y comprendo cuanto me alejé,

por vivir ciegamente en la vanalidad, de mi mente y vida, me separé,

áún recuerdo, todo aquel tiempo que desperdicié,

creí no tener problemas, llenándome de riquezas,

y por dentro estando pobre, sin pensar que crecían mis tristezas,

no me percataba de las horas que malgastaba,

ahora me doy cuenta y por ayer no puedo hacer nada.

Me miré en el espejo, descubrí que tengo ojos bellos,

antes no lo hacía, pues no había un espacio para verlos,

me dediqué a medio vivir en lo que entonces creí era una bella emoción,

sin darme cuenta, que no había de por medio un sincero corazón,

llenando a mi alma, de un obscuro y amargo sabor,

no quería darme cuenta, creí tener la razón,

de pronto lo perdí y entendí todo,

un día desperté y me encontré con un corazón solo,

me acerqué para ver de donde venía,

sin querer me di cuenta que era el mio y me encontraba vacía.

En ese momento comprendí todo lo que en mi vida perdía,

por vivir una vida, donde yo no estaba incluída,

donde confundí la soledad, supliéndola con malas compañías,

al momento de darme cuenta que estaba acabando con mi poca vida,

quería que alguien me explicara que era lo que en mi, pasaba, llamé a todo ser que me hacía sentir acompañada,

creyendo encontrar aliento, me di cuenta que sólo estaban mientras era de madrugada.

Sin pensarlo, me encontré yo sola en un desierto,

me olvidé de los buenos amigos, por caer en algo incierto,

me dio nostalgia, pues supe que había perdido buenos momentos,

sin querer vi mi vida, tal cual como un mal sueño donde toda felicidad había muerto.

Me olvidé de sonreir cuando alguien contaba un chiste,

me creí sabia, tan sólo vivía ciegamente triste,

no le di importancia cuando lloraba la noche,

me olvidé de los demás por cumplir un reproche,

me olvidé de bañarme con buenos pensamientos,

llenando mi imagen de incomprensión, creyendo volar tan alto,

me di cuenta que estaba perdiendo los piés sobre el pavimento.

Caí frente al espejo,

me extraño ver lo triste de mi semblante,

de ver que había muerto la mirada tierna pues no tenía reflejo,

me fallé y no puedo cambiar mi mente errante,

sé que dañé a seres que no merecían padecer algún complejo,

ahora lo sé, y me duele saber que fuí cobarde,

me olvidé mi, me alejé de todo aquello que sabía que era bueno,

creyendo que así encontraría la felicidad, me separé de un mundo sincero.

No podré regresar todo aquel tiempo,

hace tantos años que pasó y aún quedan secuelas de dolor sobre mi cuerpo.

Fallé continumante, fuí perdiéndome,

nadie podría enderezar mis ramas, mas que yo y aún me cuesta recoger todo aquello que coseché,

pero empecé a sembrar nuevas semillas que cambian mi semblante, que me hacen fuerte,

ante todo aquello por lo que ayer no luché.

No puedo aún sentirme plena, pues sé que ayer mucho de mi olvidé,

pero nada gano con recordar lo que un día maté, por eso hoy puedo decir que me encontré.

Quizás habré perdido momentos valiosos, que por ingenua me alejé de ser,

pero hoy puedo decir que mis ojos se reflejan bellos sin maquillaje,

pues tengo el tiempo para admirar todo aquel tierno paisaje,

que hay en mi propia vida desde que despierto al ver mis semillas florecer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario