miércoles, 10 de febrero de 2010

Me declaro culpable

No hay vuelta atrás, aquí estoy con la cara viendo hacia enfrente,
soñando con la niña feliz que un día fui,
extrañada y sorprendida por el presente.

Estoy aquí efrentando una realidad,
en un mundo distante, donde existe la falsedad,
donde las desgracias no me permiten reir,
buscando entre sombras dónde quedó la bondad?

Traigo puesto un traje de rebeldía,
sin miedo de fallar, a pesar de mi ironía,
mi arma es un corazón herido,
distinto e increíble, jamás vencido.

Distraida, tal vez obstinada a creer,
lo que de esta vida hemos hecho,
convencida que en lo lejano de una guerra,
podemos unirnos en lo más estrecho.

Soy soñadora por error de la naturaleza,
desconozco sobre la historia de mi nación,
mi vida no fue antes, no pretendo una riqueza,
anhelo un mundo sencillo, donde haya aceptación.

A pesar del cansancio de ver este mundo derrumbarse,
sigo en pie, me reconforta la esperanza,
esquivo el pesimismo, aunque quiere de mi apoderarse.

Me entristece un mundo lleno de quejas y reproches,
diferecias absurdas,
pensar que todos somos iguales y sin estuches.

No pertenezco a ningún gobierno,
sueño despierta, mi bandera son mis ideales,
mis enemigos son aquellas expresiones,
escuchar molestias y nulas soluciones.

Pensando que mi mundo sea efímero,me declaro culpable por escribir,
por querer romper fronteras sin huir, hoy me declaro culpable de sentir,
de abrir mis alas y emprender un vuelo lejos de lo absurdo, ahí he de vivir.

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