martes, 23 de marzo de 2010

Me estoy acostumbrando a tí

No se como empezó esta historia escrita en un papel,

comencé por reirme de la lluvia que caía sobre mi piel,

sin querer tocarte, abriste en mi una ilusión,

que hoy vuela sobre mi mente, al pensarte con el corazón,

no creo en la fantasías, suelo anteponer la razón,

pero debo confesarte, que me robas con tus palabras, toda la atención,

es absurdo el decirte que te quiero, sin embargo, me incitas a la inspiración,

no se que tenga tu alma, que al sentir tus letras, se adueñan de mi mente, apoderándote de mi pasión,

eres realmente indescriptible, tan sólo conozco la voz de tu corazón,

desconozco el sabor de tus labios, pero has creado en mi alma, un mar de sensación,

inundaste mi alma con tus letras y no hago mas que pensarte sola en mi habitación,

a veces sueño que en mis brazos te tengo, puedo encontrar tu rostro en cualquier canción,

no se si me entiendas, pero me estoy acostumbrando al palpitar de tu corazón,

sé que esta historia es inspirada por aquello que nos dicta la imaginación,

no permitas que está termine, cuando aun no hallo motivos para sellar mi motivación.

Ahora eres parte de mi historia y me estoy acostumbrando a tu felicidad,

sé que no tengo en mis brazos tu cuerpo, pero no hay en mi más soledad,

me alimento con tus palabras, me halaga pensar que eres mi realidad,

quizás mañana me ria de esta historia, quizás todo esto sea verdad,

lo que es cierto, es que hoy me acompañas en mis sueños traviesos,

haciendo que me acostumbre a amarte en cada uno de tus exquisitos versos.

jueves, 18 de marzo de 2010

Una oleada en tu mirada

En tus ojos se ha iluminado una estrella,
los miro detenidamente sin recuperar la calma,
la pasión de tu mirada me tiene enclipsada,
no hago nada más que estrecharte sobre la tiniebla.

Atravieso por un misterioso desazón por besar tu piel con mis sedientos cantos,
por morder cada uno de tus pensamientos,
daría media vida por hacerle el amor,
al intenso mar que tienes por ojos.

Inquieta sensación se transpira desde mis adentros,
mi piel se eriza con tan sólo palpar tu voz desde lejos,
mis pupilas son un éxtasis cada vez que vislumbran en sueños,
un arriesgado y cálido encuentro entre nuestros alientos.

En ese mar tan profundo que llevas en tu rostro,
puedo perderme naufragando hasta tu alma,
tan callada y discreta, aún mas inquietante es tu mirada,
lugar donde mi instinto ha elegido fantasear,
tan sólo por despertar y reflejarme en el cristal de tu oleada.

miércoles, 3 de marzo de 2010

El deseo de sentir...

Sin pensarlo, mis labios te estaban llamando,
es difícil de entender,
pero mi cuerpo de tí, estaba sediento.

Quizás la costumbre del olor de tu perfume sobre el viento,
me llevó a desquiciar,
ocupando mis rincones con tu pensamiento.
Las cuatro paredes de aquel lugar,
me hicieron alejarme de lo que llaman sentimiento.

Sin desear amarte, tus manos me provocaron a palpar lo incierto,
a ocupar mi tiempo, en algo desconocido,
en desear tu boca, a inquietarme lo prohibido,
a estremecernos en un segundo, a pesar del inmenso desierto.

Perdiéndome en el calor que me penetraba,
olvidándome no del placer, pero si de sentirme amada,
limitando al corazón a sentir, sin obtener nada,
para el momento de dormir, no había sucesos que contarle a mi almohada.

Aquí no hay una historia que recordar,
no fuimos nada, será fácil de olvidar,
me quedó la duda que me hizo a tí llegar,
tal vez la soledad del alma,
ella y yo nos conformamos con tu manera de besar.